La regeneración se puede dividir en tres maneras o mecanismos para llevarse a cabo, todos diferentes:
El primero es la regeneración epimórfica. Esta, está caracterizada por la diferenciación de una masa de células llamada blastema y la generación de nuevos tejidos o partes del cuerpo. Este tipo de regeneración es típico de la regeneración de extremidades. Cuando se refieren a la regeneración de la aleta de los peces teleósteos o de la extremidad de los urodelos, se habla de epimorfosis.
El segundo es la morfalaxis, que involucra la transformación de partes del cuerpo o tejidos en nuevas estructuras. La reorganización del patrón está acompañada de un crecimiento nuevo limitado. Cuando se refieren a la regeneración de la hidra se está en presenciando un proceso de morfalaxis.
Para diferenciar la epimórfica de la morfalaxis solo hay que fijarse en la presencia del blastema.
El segundo es la morfalaxis, que involucra la transformación de partes del cuerpo o tejidos en nuevas estructuras. La reorganización del patrón está acompañada de un crecimiento nuevo limitado. Cuando se refieren a la regeneración de la hidra se está en presenciando un proceso de morfalaxis.
Para diferenciar la epimórfica de la morfalaxis solo hay que fijarse en la presencia del blastema.
El tercero y último es la regeneración compensatoria. Puede ser contemplada como una forma intermedia en la cual las células se dividen pero mantienen sus funciones diferenciadas produciendo células similares y por lo tanto no forman masas de células indiferenciadas (una sola parte del cuerpo puede regenerar el órgano completo). Por ejemplo, en la estrella de mar, de un brazo se puede regenerar todo el organismo y el cuerpo que se forma es desproporcionado con respecto al brazo.
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